Los beneficios de reemplazar tecnología con característias mínimas deseables de modernización, superan con creces los riesgos de mantener un sistema heredado.
Comunmente las aplicaciones que son críticas para el negocio son aquellas que tienen un mayor tiempo de antigüedad en la compañía.
Dichas aplicaciones han sufrido cambios y adecuaciones en su funcionamiento y conexión con las diferentes áreas de la empresa, integrándose incluso, a procesos para los que no estaban diseñadas, lo que dificulta la búsqueda de alternativas para reemplazarlas.
Lo anterior trae como resultado una baja productividad, inestabilidad en el servicio y un alto costo en el proceso de adecuación de las aplicaciones, a las necesidades actuales del negocio, evidenciando una alta inversión vs los beneficios.